lunes, 12 de septiembre de 2011

Mito sobre la manzana de las luces

Este es el único lugar de la ciudad donde se pueden visitar los túneles excavados bajo tierra, cuya más antigua datación corresponde al siglo XVIII. Allí, aguzando el oído, quizá se escuchen los lamentos y quejidos del «Pozo sin fin». Los indios Quilmes, que se instalaron en esta zona luego de ser expulsados de los valles Calchaquíes, creían que existía un pozo sin fondo llamado Guruc, donde iban quienes no tenían alma. La palabra se deformó y se convirtió en «gruta», que designaba un pozo sin fondo donde residían almas en continua agonía. Su asociación con los túneles de la ciudad se debe a un tal Alves, uno de los verdugos que trabajaba para el caudillo Juan Manuel de Rosas, a mediados del siglo XIX. Alves habría decapitado a una de sus víctimas y la arrastró por uno de los túneles cuando vio un pozo que despedía mucho calor. Unos hombres ataviados con túnicas le vendaron los ojos, mientras del interior del agujero salían gritos. Éstos cesaron cuando el verdugo arrojó la bolsa al pozo, aunque nunca oyó el golpe de la caída. 

1 comentario:

  1. Lara:
    Aún no publicaste tu relato seleccionado. Qué lástima, tus relatos son muy bueno. Vamos atrevete.
    Amalia

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